lunes, 18 de abril de 2011

Aceptación


Soy estúpido y no me importa, porque sé que lo soy. Peor es serlo y no saberlo, porque entonces, normalmente, sueles ser el último en enterarte y todos los demás te tratan como lo que eres, un estúpido.

Me llevó mi tiempo aceptarlo, pero desde que lo hice, vivo mucho más feliz.
Si crees que eres estúpido, si tienes alguna sospecha, lo mejor que puedes hacer es detenerte un momento y preguntarte a ti mismo ¿soy estúpido?
Luego, haz memoria, recuerda desde lo más reciente a lo más lejano, si eres estúpido, no te costará encontrar alguna estupidez en tu historial, y es que hacer estupideces es algo típico de la gente estúpida.
No te voy a decir lo que es una típica estupidez, porque en lo que es la cosa en si, la estupidez, se manifiesta en diversas formas y grados.



Está el grado latente, no estás seguro, pero notas algo en el aire, es como cuando alguien se tira un pedo en el ascensor, puedes sentirlo pero no sabes muy bien de donde viene.
Estaría también el grado explícito, se muestra con frecuencia y deja bien claro lo estúpido que eres. Y está el grado sumo, la estupidez supina, tal es su expresión que con sólo abrir la boca el estúpido supino deslumbra a todos los presentes, normalmente dejándoles sin habla ante tamaña estupidez, cortando por completo cualquier intento de rebatir idea alguna.

Una vez aceptada e identificada tu estupidez tienes que interiorizarla y ser consciente de que la estupidez, como cualquier otra dolencia, tiene su tratamiento y sus paliativos.
El silencio es uno de ellos, de ahí la frase: vale más estar callado y parecer estúpido que abrir la boca y confirmarlo.
Otros métodos como el aislamiento y el eremitismo funcionan de manera categórica, pero son más trabajosos.

Pero no va a ser todo sufrimiento en esta estupidez, como ya dije, el ser estúpido también te puede hacer feliz, y es que, cual narcótico, la estupidez te puede ayudar a sobrellevar cualquier problema, por enorme que sea. Sea lo que sea, la estupidez te ayudará a sobrellevarlo; si se te quema la casa,  si te has quedado en la ruina y sin trabajo, si tu pareja te engaña… no lo dudes, la estupidez te hará ver las cosas de otra manera.
 


Ser estúpido puede que no sea una enfermedad, pero es contagioso. Es como un virus, la estupidez pasa de unos a otros, y hoy día, con las nuevas tecnologías viaja más rápido de lo que pensamos. Su vecino podría ser un estúpido y podrías no saberlo, incluso tú podrías ser un estúpido. León podría estar lleno de estúpidos… ¿o lo está ya?

La próxima vez que conozcas a un estúpido, no le discrimines, acéptalo como es, y recuerda, tú podrías ser el próximo.
DIMAS

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