viernes, 6 de mayo de 2011

Llave rota

Dubitativo, con su roída chaqueta de cuero,
unos viejos vaqueros desgastados,
y unos zapatos con demasiados kms encima.
Marcos, con andares patizambos,
se adentra temeroso,
por la entrada sur, del casco antigüo,
andrajoso y despeinado arrastra los pies,
por el empedrado de la calle ancha,
una guitarra, un perro y un bote para pedir,
no necesita nada mas.
Al meter la mano en un bolsillo,
surca excitado, un sinfín de momentos.
El oxido la cubría casi por completo,



Una llave rota,
le recuerda quien quiso ser,
mientras la cruda realidad,
le refresca la memoria,
y las lagrimas estrangulan,
la tímida sonrisa
que brotaba en su rostro.
Hace demasiado frio,
para atreverse a soñar,
el fracaso amedrentó,
hace ya tiempo,
cada sueño 
que le hacía sentir vivo.
Se dice a si mismo:
Apunta bajo, tan bajo,
que a nadie le importe que triunfes.





                                                                                              Hecate