martes, 15 de marzo de 2011

PERTURBACIÓN BAJO EL AGUA.



María quiere ser como una pastilla efervescente.

Diluirse por completo cuando las cosas no van bien y que alguien la arroje a un vaso de agua cuando haga falta calmar su ira.

Burbujear y ser capaz de sorprender a todo el mundo con la blancura de su piel.

A veces, cuando cruza el parque de al lado de su casa, en ese instante, ve su vida en el futuro. Desgraciadamente no es muy optimista y sabe que no llegará muy lejos, pero tiene la suerte de saber que será feliz. Plenamente.
Es curioso, en cuanto cruza la valla, todo parece volver al presente.




Corre porque quiere alcanzar ese futuro, atraparlo con las manos y retenerlo para siempre. No volver a sufrir.
Pero la mala suerte o el destino aún no quieren que esboce una sonrisa.
Empieza a llover. Su cuerpo se desintegra y María acelera, pero de nada sirve.
Las pastillas efervescentes nunca sobreviven bajo el agua.





AGONO

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